
Porque soy de la estirpe de quienes recorren el laberinto
Sin perder jamás el hilo de lino de la palabra
Sophia de Mello (octubre de 1970)
Por Rita Isabel
Regreso al otro lado del espejo o a ese instante llamado víspera…
El domingo, 7 de mayo de este año impar fue un día de caleidoscópica compañía; pero las responsabilidades laborales no me permitieron compartir con inmediatez, en este nuestro hogar virtual, el rastro de ese junte camino al festejo. Mayo fue silencio… junio ha sido cuenta regresiva para quitarme el sombrero de guía Montessori o calzarme los zapatos de lectora que a veces escribe y dar continuidad al trabajo caleidoscópico que comenzó el 3 de marzo y se afianzó el 7 de mayo. ¡¿Qué mejor momento que un martes 13 para romper el silencio al salpicar de letras el papel en blanco y recordar que tengo en mis manos el hilo de lino de la palabra?!
Este festejo de nuestra primera década tiene como brújula las siguientes palabras de Irene Vallejo en El infinito en el junco La invención de los libros en el mundo antiguo:
Leer exige creer la historia, pero también crearla. La literatura, como decía Ursula K. Le Guin, propone una colaboración entre el narrador y el público, entre la escritora y la lectora; es fabulación y confabulación. Así, escribir supone también confiarse una misma a otras manos, miradas y voces.
Como acto de entusiasta confianza y de gratitud hacia las personas que son parte de este mandala expansivo de celebración, comparto, desde el otro lado del espejo, una mirada al domingo 7 de mayo, domingo de círculo de afectos y afinidad creativa.
Me repito, en este 2023 me hago eco de las palabras de Dag Hammarskjold: “Por todo lo que ha sido, gracias. A todo lo que ha de ser, sí”.
Pronto más de este festejo.













