Por Rita Isabel
En gratitud…
…de un pájaro las dos alas.
Lola Rodríguez de Tió
En semana de claroscuros tratando de distinguir la belleza en las luces y las sombras…
Último viernes de septiembre, mes de festejo…
Justo en la tarde que libero el antepenúltimo ejemplar de los Quintetos viajeros (el penúltimo en ruta búmeran…)
Agotada y observando un episodio de Anne with an E…
Escuchó el sonido que anuncia que recibí un mensaje por WhatsApp. Dudo si atender o no el mensaje. Decido leerlo. Son las 8:50pm. Es un número que no reconozco y bastante extraño. El Buenas noches, junto a Mi nombre es… vivo en Cuba hace que sienta un aleteo en el corazón: vuelo. Las próximas palabras que leo confirman lo que el corazón presintió.
En abril, un puñado de Libros Fósforos salieron rumbo a Chile, Bolivia y España, por correo postal, como gratitud a la tradición de editoriales cartoneras que, junto a otras personas y vivencias, fue inspiración para que se gestara Libros Pasajeros. Un obsequio o un brindis desde la Antillas por esta primera década de Libros Pasajeros. Y como suele suceder cuando los festejos se hacen desde ambos lados del espejo, el mandala de afectos y afinidad creativa, en las letras de Ariana Muñoz, afirmó con entusiasmo: ¡podemos enviar a Cuba [Libros Fósforos] para una lectora hermosa! En ese abril también salieron rumbo a Cuba los libros que encienden. La luna se infló y desinfló varias veces y no recibíamos noticias de los Libros Fósforos con ganas de viento. El miércoles 13 septiembre imaginamos, medio en serio, medio en broma, diversas posibilidades del destino que enfrentaron. Dos días después nos llegó un runrún… pero hasta ayer a las 8:50pm no se confirmó el arribo de Libros Fósforos a la Antilla hermana: desde la menor de las mayores a la mayor de las mayores.
En el último día de este mes de festejo comparto este redondo alegre: mis letras llegaron a Cuba, el conteo en gratitud que ya llega a su ¿fin? Más bien al continuará… llegó a manos de Dayana en Cuba. Gracias a las manos que conspiran y a las que inspiran por acompañarme en este viaje de letras, por celebrar la primera década de Libros Pasajeros.
Gracias a Ariana Muñoz por ampliar el mandala de afectos y afinidad creativa.
Gracias a Dayana Pino por acoger a los Libros Fósforos.
Brindo por Cuba y Puerto Rico, y como sientepiensa Dayana, de un mismo corazón las dos alas.
¡Salud y vuelo!
Sobre el Quinteto viajero… pronto cuento y recuento.
Me repito, en este 2023 me hago eco de las palabras de Dag Hammarskjold: “Por todo lo que ha sido, gracias. A todo lo que ha de ser, sí”.



