
Por: Rita Isabel
(Adaptación del escrito de Eduardo Galeano “Ventana sobre el tiempo” del libro Las palabras andantes)
Compartimos nuestro re-cuento: tradición lúdica de fin de año.
En Libros Pasajeros, enero fue tiempo de (con)fabular festejos: ¡Nuestra primera década!

En febrero Ocaso de Flores recibe nuevas miradas desde la corrección de estilo y ortotipográfica. El teclado suena y resuena, hay carnaval de letras.
En marzo, ocurre la parición de las fábulas y los festejos. El 3 de marzo hubo concilio para lo que sería el Quinteto viajero a la dos: ¿Qué es el arte?, El ángel, A manos llenas, Yo sé quiénes son y Una pelotita de pimpón rosada (o verde) fueron los elegidos para las travesías. Un viaje sin retorno y otro en trayectoria búmeran…

En abril, partieron los primeros Libros Fósforos como emisarios de gratitud a editoriales cartoneras y participamos de la segunda Feria anual del Libro en Caguas: La literatura puertorriqueña del siglo XXI.


En mayo, comenzó la temporada de tormentas de ideas. Regresamos al otro lado del espejo en un junte para el Quinteto viajero a la dos, luego fue silencio.


En los veraniegos días de junio el silencio cesó, presentamos el libro de Izamaris Hernández, Cada media hora, junto a José Rivera González y Luz Nereida Lebrón. Soñamos en mesas redonda y ovaladas «Lo que habita en un Te quiero». Justo un martes 13 regresamos al quehacer literario y usamos como brújula las palabras de Irene Vallejo en El infinito en el junco La invención de los libros en el mundo antiguo:
Leer exige creer la historia, pero también crearla. La literatura, como decía Ursula K. Le Guin, propone una colaboración entre el narrador y el público, entre la escritora y la lectora; es fabulación y confabulación. Así, escribir supone también confiarse una misma a otras manos, miradas y voces.



En julio, los Libros Fósforos estuvieron de peregrinaje por El camino de Santiago y se pasearon por Irlanda, mientras los Quintetos viajeros se apoderaban de mi existencia. Enserio Books compartió nuestras conversaciones sobre Pasajeros y Trece puntos de araña.







Agosto, cielo rojo, fue tiempo de quehacer creativo con el ritmo de trabajo de las hormigas. S.O.S. hubo junte para ensamblar los ejemplares de los Quintetos viajeros desde este lado del espejo, el tiempo apremiaba. También conversamos con José Borges sobre Trece puntos de araña en In Media Res.




En la luna madura del noveno mes y no en luna verde, se festejó el 13 de septiembre: ¡los Quintetos fueron liberados! El trabajo de diseño de Ocaso de Flores se intensificó

Octubre compartimos nuestro fuego con el taller Libros que encienden: Del fósforo al hogar. Taller de escritura creativa para el grupo C.A.S.A. del sector Los Panes en el barrio Beatriz de Caguas. Participamos en Desde la esquina, primer episodio de la segunda temporada, para entrevistar a C. C. Pagán y J. A. Zambrana en su primer año.



En noviembre, todo es gratitud. Hubo junte con Página en blanco en la Carrera del pavo y Festival de arte de Valencia: obsequiamos Libros Fósforos. A finales del mes: ¡Ocaso de Flores fue tinta y papel!


En diciembre regresa el primer libro andariego del Quinteto viajero en trayectoria búmeran. Punto final al año de festejo (¿o fueron tres puntos suspensivos?): ¡la vida celebra, las letras festejan!

¿Qué nos depara el 2024?


