Por Rita Isabel
Desde enero andamos en la cuerda floja (o tensa) del destiempo, como funambulistas ante el reto de no caer al vacío, para difundir Ocaso de Flores. Maribel Vázquez de Enserio Books nos recibió en los primeros pasos en esa “cuerda” y en febrero compartió la entrevista en sus redes, mas durante meses nos ha apoyado compartiendo uno que otro clip, de vez en cuando de cuando en vez, del diálogo que generamos. Hablamos de su libro ¡Dime que es embuste! y del proceso creativo de Ocaso de Flores.
Gratitud infinita para Maribel.
En abril, la Feria Anual de Libro en Caguas nos dio la oportunidad de llegar a más apalabrados y letraheridos. Cuatro días de diálogos interesantes, de capturar anécdotas y de encuentros memorables.
Agradecida por la experiencia.
En mayo Entre amigas, libros y una copa conversamos desde el adiós y la remembranza con Sandra M. Colorado y Marivel Galindo. Un diálogo genial, Marivel y Sandra son lectoras ideales. Gracias totales a ambas por el compartir de vivencias sobre la vejez y sobre nuestros seres queridos.

El primer día de junio El Candil nos abrió sus puertas para recibir a Ocaso de Flores. En esa ruta llevando el ocaso desde Caguas a tejidos virtuales, desde La Mesa al Pueblo, desde Caguas a entramados de amistad, una estela de preguntas se asoma en los claroscuros del Ocaso de Flores. A la luz de El Candil y dialogando con su editor, Jesús A. Zambrana, comenzamos a responder las interrogantes en cuatro estaciones como las estaciones del año que marcan el mundito literario de Ocaso de Flores: ¿Por qué un riesgo literario? ¿Un libro con identidad visual? ¿Doce maneras de decir adiós? ¿Literatura costumbrista o fantásticas; cuentos o libro híbrido?
Usamos como trampolín las palabras de Pedro Juan Soto en el prólogo de Spiks para responder la primera interrogante. “Creo que un libro de cuentos debe ser obra integral, y, a la vez, obra desarmable. Si bien puede existir por sí sola cualquiera de las narraciones, juntas podrán decir mucho más. Por eso abordo la redacción de un libro de cuentos con sentido de integración, pensando en las partes tanto como en el conjunto, ideando las acciones con frialdad y disimulo”. (En mi caso lo ideado es cálidamente calculado)
Como tejido-red guardavidas, para no caer mortalmente en la realidad, usamos la cita de Ray Bradbury y nos lanzarnos a responder la segunda pregunta con: “Hay que inyectarse cada día de fantasía para no morir de realidad”.
Para no perder el equilibrio en la cuerda, e intentar responder al tercer cuestionamiento, usamos las palabras de Mario Benedetti: “Se despidieron y en adiós, ya estaba la bienvenida”.
Ya cerca del extremo, para idear una respuesta a la cuarta interrogante (interrogante a la dos), regresamos a las palabras de Juan Ramón Jiménez que hemos hecho nuestras: “Universal, pero universal diferenciado si no, no”.
(Confieso que las citas son más bien acertijos si no ven la presentación, si aún no la han visto pasen por el espacio virtual de El Candil).
De salto en salto por la prosa poética de Ocaso de Flores, desde su dedicatoria hasta el epílogo, llegamos al extremo de la cuerda que puede ser el final o también principio:
A quien aprecia la belleza del ocaso
Lo inexorable
en esta isla triturada por vientos, lluvias y corrupción
como si no hubiese un mañana
se desdibuja el paso de los años
de naranja el verdor
estalla el atardecer
zigzagueante, transparente, fantasmal
crece sempiternamente
parrandas y epifanías
persiste e insiste;
sufre la belleza del que permanece,
del que siempre estuvo,
del que no se fue
antes de lo esperado
por el tic tac del reloj
palpita el cundiamor
previo al vértigo
como ella lo hizo por mí tantas veces
beso su mano
con llantoamor en las entrañas
y mis letras se estancan en la punta de mis dedos
Abuela se está despidiendo y no sé cómo decirle adiós.
Gracias a El Candil por el espacio.
Como funambulistas… continuaremos.
Rita Isabel agradecida


