Viandantes en Libros Pasajeros: Y mientras te miro, respiro, y mientras respiro, vivo

En lo que la página en blanco va y viene…

Agosto en Libros Pasajeros suele ser tiempo en pausa y hasta tiempo sin palabras, mas septiembre es mes de festejo. Como todos los años celebramos con palabras. Con caleidoscópico entusiasmo comparto una nueva entrega de Viandantes en Libros Pasajeros.

En unas navidades, en busca de regalos de Epifanía (sí muchas anécdotas de mi cotidiano comienzan así) me topé con el trabajo artístico de Sheila Burgos. Desde ese momento oportuno seguí el rastro de su arte en las redes, en este mundito virtual que expande nuestro círculo o mandala de afinidad creativa. En este instante en el que escribo, y en el momento en el que leas estas palabras, Sheila Burgos será Viandante. Es la segunda vez que la convidamos a un junte creativo, la primera vez recibió un ejemplar del Quinteto viajero sin retorno: A manos llenas. En esta ocasión nos regala sus palabras, pero también un hermoso collage: belleza en palabra e imagen.

Sheila expresa: «Cuando viajo, dejo partes de mí que ya no necesito en cada rincón, y le doy la bienvenida a nuevas partes que se montan conmigo para la aventura de la vida.» Pienso que leer es una manera de viajar, sus palabras y su collage en Viandantes son una invitación al viaje, al desprendimiento como ofrenda de gratitud y a recibir como gesto de bienandanza y agradecimiento. Sin más…

Y mientras te miro, respiro, y mientras respiro, vivo (Derechos reservados)

Por Sheila Burgos

Y mientras te miro, respiro, y mientras respiro, vivo.

A veces te recorro sin un plan definido, y siempre me acoges como solo una madre sabe hacerlo. Camino, respiro, observo y te toco. Qué afortunada soy de tenerte.

Cambias con el paso del tiempo, pero tu esencia sigue intacta, cada vez más sabia, cada vez más tierna. Siempre me invitas a jugar; es mi parte favorita de visitarte. Exploro contigo y juego a ser una gran artista. Eres generosa con lo que me ofreces para crear. Mis obras favoritas son los collages con elementos naturales.

Cuando termino de jugar, me acompañas y me ofreces tu árbol favorito para que me siente a sus pies. Usualmente lo abrazo; el amor es recíproco.

Y vuelvo a respirar… y me sigo llenando de vida.

Las horas pasan, y me siento más calmada que cuando llegué. Logras llenarme de esperanza cuando acaricias mi cabello.

A veces lloro para expresar lo que siento, y me acompañas con tus lágrimas benditas. En esa agua, muchas veces, he aprendido a bailar.

Y mientras te miro, respiro, y mientras respiro, vivo.

Gracias, Pachamama, por cuidarme y darme vida bonita.

Licencia Creative Commons

Publicado por Libros pasajeros

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