Por Rita Isabel
Somos la única especie que explica el mundo con historias,
que las desea, las añora y las usa para sanar.
Irene Vallejo
septiembre
de viernes trece
festejo
en el decimoctavo día
luna de cosecha
sólo silencio
en lo que la página en blanco
va y viene
viandantes
cadáveres exquisitos
Quintetos viajeros
la arena se desliza
es tiempo





El viernes trece, de este noveno mes de festejo, compartimos Un cadáver exquisito para un Ocaso de Flores. Hoy, en víspera del último día de este mes de festejo por once años de Libros Pasajeros (y en día que festejamos el año nuevo personal de mi hermana) compartimos este brindis de imagen, sonido y palabra desde nuestro hogar virtual: Un cadáver exquisito para un Ocaso de Flores.
El cadáver exquisito es la expresión de la creatividad oculta que nos vincula.
Juan Yuste
El cadáver exquisito, ante todo, es un juego donde el azar o lo aleatorio se integra en el proceso creativo. Es muy fácil jugar: en un papel cada persona que participa anota una palabra, una frase u oración. Esa oración, frase o palabra se oculta y otra persona continúa sin saber qué se escribió previamente.
Como educadora utilizo este juego (y variantes, que han nacido de practicarlo por más de veinte años) para estimular el pensamiento divergente y la creatividad. Además, me encanta la reacción de cada estudiante o grupo al que les presento el juego cuando digo: Vamos a trabajar un cadáver exquisito. Por esto al idear compartir un video de Ocaso de Flores para celebrar nuestros once años de quehacer creativo, decidimos que fuese un trabajo lúdico a lo cadáver exquisito. En este caso es un tejido de sonido, imagen y palabras con frases de un cuento de cada estación de Ocaso de Flores. ¿Quiénes jugaron y tejieron las palabras? Sara, Amanda, Rafael, Bernardo, Paola y esta lectora que a veces escribe.
Irene Vallejo en el Manifiesto por la lectura escribe: Lo imposible debe ser soñado primero, para algún día hacerlo realidad. Agradezco al mandala de afectos y afinidad creativa que sueñan conmigo y que sacan tiempo del destiempo para hacer realidad los imposibles: Sara, Amanda, Rafael y Bernardo. También doy gracias a los que sin querer queriendo siempre se unen para apoyar el proceso: Elena, Manuel, Jesús, Ramonita Letraherida, y Carlos Luis Apalabrado. Asimismo, a los que quedan atrapados en el juego porque el azar los lleva a estar en el momento oportuno para tejer las frases y crear los cadáveres exquisitos, en esta ocasión: Paola. Sí, cadáveres exquisitos en plural, el tiempo sólo nos permitió completar uno de los cuatro que nacieron de ese junte el primer viernes de agosto.
Cito nuevamente a Vallejo para cerrar este escrito: Nuestra auténtica fortaleza es creativa.
Sin más…


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