Sin palabras

Por Rita Isabel

custodiar las palabras significa también cuidarnos y velar por el mañana,

frente a las incesantes amenazas del tiempo, la muerte y el silencio.

Irene Vallejo (Manifiesto por la lectura)

¿Libros Pasajeros sin palabras? En octubre, y en veintinueve días de noviembre, nos quedamos sin palabras. Ni viandantes, ni pocas, ni siquiera runrunes…

Sí, en Libros Pasajeros, el día a día, nos sobrecogió y nos sumió en el silencio, en un sin palabras elocuente mientras la luna se inflaba y desinflaba. Y es que andábamos ardiendo la vida con tantas ganas que nos quedamos sin palabras.

Octubre fue el epicentro de reflexiones profundas ante la realidad actual de mi profesión. Este año cumplo veinticinco años laborando como educadora y me enfrento a retos que me hacen sentir como volantinera que quiere continuar andando sobre la cuerda del entusiasmo sin caer al precipicio. Por contraste, a nivel familiar, vivimos días de redondo alegre y vertiginosa contentura con festejos familiares que nos llevaron a encuentros memorables y caleidoscópicos. Sin mencionar que estábamos en la recta final del año eleccionario donde las alianzas de color esperanza nos hicieron pensar que otro Puerto Rico era posible.

Entre cuestionamientos filosóficos y prácticos sobre el rumbo actual de la educación, reuniones familiares y ejercer nuestro derecho al voto hubo espacio para las letras, aunque estuviésemos sin palabras. Abonés, en Caguas, nos acogió dos veces por su 30 aniversario. El jueves 17 de octubre acompañé a Jesús A. Zambrana en su “Stand-Up Comedy” de Tiburón y el sábado 26 de octubre, con los abuelos de Libros Pasajeros entre los asistentes, presentamos Ocaso de Flores. Sara sirvió de “bateador emergente” en la presentación porque Zambrana quedó atrapado en la caravana del triunfo de la Alianza. Conversamos sobre la vejez, la muerte, la identidad visual del libro y los riesgos literarios.

Los días pasaron. Llegó la temporada de lluvias. En la revista Letralia de Venezuela se publicó la entrevista que me hizo Wilkins Román, nos topamos con lectores (re)descubriendo Pasajeros, lectoras ataviándose de Trece puntos de arañas y olvidamos que el 20 de noviembre se cumplía un año desde que Ocaso de Flores fue tinta y papel.

Maravilloso ha sido el adjetivo que ha marcado las reacciones de quienes han leído Ocaso de Flores. Nos maravillamos de que en un santiamén ya lleve un año llegando a manos y miradas de quienes aprecian la belleza de cada ocaso. En ese maravillarnos, Libros Pasajeros deja de estar sin palabras para brindar y agradecer con palabras.

Punto y aparte: Pronto compartiremos un tercer ¿Qué dicen de Ocaso de Flores? y un runrún de Como semblanzas o seis relatos pasajeros. Confío que llegue un Viandante en diciembre y que, en receso de fin de año, retome En pocas palabras.

Publicado por Libros pasajeros

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