En pocas palabras: Cada vez que elegimos una lectura nos lazamos a una cita a ciegas, al abrir el libro transitamos como trapecistas en ese puente colgante de palabras que nos coloca en la mirada ajena y fortalece nuestros cimientos. Brindo por más citas a ciegas en ferias librescas, en Camuy, en Caguas, al otro lado del espejo (y en este lado), pero sobre todo en libros.
