La primera década: ¡Buen camino! ¡Buen festejo!

Por Rita Isabel

Leer es siempre un traslado, un viaje, un irse para encontrarse. Leer, aun siendo un acto comúnmente sedentario, nos vuelve a nuestra condición de nómadas”.

Antonio Basanta (Leer contra la nada)

El Camino de Santiago o más bien Santiago de Compostela es parte del imaginario, del micro mundo, del primer cuento que escribí literariamente: «Al salir del laberinto» (2008). Como comenté en el escrito anterior La primera década: Desde La Mesa… redonda, rescaté del olvido, en mi biblioteca, dos libros sobre los símbolos y sus significados. Me pareció interesaste cuando busqué conceptos relacionados a peregrinar, cómo peregrinación, laberinto y venera (o vieira) son referencias que se cruzan, su simbología tiene puntos en común. No abundaré en sus simbolismos, pero sí en la definición de peregrino y peregrinar. Cuando buscamos en el Diccionario de la Real Academia Española la palabra peregrinar nos encontramos que su raíz viene del latín y sus cuatro acepciones nos llevan desde andar por tierras extrañas, ir en romería a un santuario por devoción o voto, andar de un lugar a otro buscando o resolviendo algo, hasta vivir entendiendo la vida como un camino que hay que recorrer para llegar a la unión con Dios después de la muerte. La etimología de la palabra peregrino evoca a la vez que viene del extranjero y que va al extranjero, ir por lo agros, el que va por el jardín; peregrinar se asocia a viaje a los Santos lugares, a lo extraño o fuera de lo común. Me agrada que esta celebración de nuestra primera década ande en peregrinaje.

Sí, como hemos afirmado en otras ocasiones las coincidencias nutren lo que es el quehacer creativo de Libros Pasajeros y en este año impar en el que festejamos, la primera década de este tejer historias, la casualidad llevó hasta el Camino de Santiago a los Libros Fósforos. Las manos que conspiran se fueron de viaje para hacer camino al andar. Llevaron en sus mochilas veintiún libros que encienden con los títulos «Entusiasmo» y «Gratitud» para compartir, de parada en parada, por los parajes en los que dejaron el rastro de su presencia peregrina; una manera más de expresar las palabras por excelencia del peregrino: ¡Buen camino! Breve frase que recuerda a quien hace camino al andar que no está solo en ese caminar.

Así que, gracias a los pasos de las manos peregrinas, este conteo en gratitud trascendió en viaje a lo extraño y fuera de lo común y ha sido caleidoscópica contentura. Desde el arco de las Antillas nos lanzamos a celebrar y agradecer al otro lado del mundo: camino a Compostela. Como siempre mi gratitud infinita a las manos que conspiran, a este mandala expansivo de afecto y afinidad creativa que es mi familia de sangre y de palabra.

Aunque estuve en Santiago de Compostela en el 1999, año de jubileo, no he recorrido el camino de Santiago, es de esos deseos que no sé si materializarán, pero gracias a las manos que peregrinan, (sobre todo a Manuel Armando Santos Hernández [el papá de mis Tres Santos Sobrinos] que materializó su deseo de celebrar sus sesenta años recorriendo el Camino de Santiago) ya mis letras lo recorrieron y allá se quedaron en celebración y gratitud, con pleno entusiasmo.

Comparto el peregrinar de los Libros Fósforos, libros que encienden desde la mirada de las manos que conspiran.

Reafirmo, en este 2023 me hago eco de las palabras de Dag Hammarskjold: “Por todo lo que ha sido, gracias. A todo lo que ha de ser, sí”.

¡Buen camino!

Tenemos compañía en el camino…

¡Buen festejo!

Tenemos compañía en el festejo…

¡Enhorabuena Manuel por tus sesenta años y contando!

Pronto más de este conteo de gratitud hacia el 13 de septiembre.

Publicado por Libros pasajeros

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