Por Manuel A. Santos Collazo
- La eficiencia policiaca:
Ya estaba entrada la mañana cuando la pronta respuesta forense llegó al lugar. El detective Garay ya se encontraba en el lugar de los hechos y analizaba la escena, mientras finalizaba de sorber el líquido de su acostumbrado vaso desechable de café. Como de costumbre, los oficiales encargados de restringir el área habían hecho lo posible por mantenerla lo más intacta posible, es decir, la escena estaba más revuelta que un corral de puercos. Y arrastrado a una esquina, apartada a la vista de curiosos, se encontraba el cadáver mutilado.
Continuará…