Por: Rita Isabel —Te quiero. Aquella frase, con la que me salí del libreto rutinario al acostarla, resonó y llenó el espacio. Todo fue risa y regocijo, casa llena abarrotada de cariño. Fue abrazo mullido con aroma a gloria, fue sonrisa dulce de mirada que alumbraba con la luz de una luna menguante, fue vozSigue leyendo «Lo que habita en un te quiero»