
“… mi nombre crece continuamente;
de modo que mi nombre es como una historia.
Los nombres verdaderos cuentan la historia de quienes los llevan…”
El señor de los anillos
Por: Rita Isabel
Rita Isabel Collazo Vázquez… tan pronto pronunciaron mi nombre, para pasarme la palabra, me percaté que una persona en el público lo reconoció, a mi nombre. Fue curioso porque precisamente al llegar a Abonés, esa persona me pareció familiar, pero contrario a otras ocasiones que logro identificar el dónde y porqué siento que conozco alguien, en esta ocasión fue una sensación sin recuerdo. Mas en ese instante tuve la certeza de que definitivamente hubo un reconocimiento y que ella, a diferencia de mí, conocía o identificaba mi nombre. No sé cuán frecuente es que algo así ocurra, en otros espacios me ha sucedido, pero va precedido de circunstancias muy particulares que llevan al comentario: ¡tú eres Rita, he escuchado mucho de ti! En ese momento fue distinto.
Tuve que terminar de presentar a Jesús A. Zambrana y esperar a que, a su vez, el completara su presentación de Tiburón para dilucidar el enigma. ¿Quién era esa señora simpática y elegante que identificaba mi nombre y que me parecía tan familiar? Me repetía: me la presentaron como Idalia, su nombre es Idalia. Al acercarnos por segunda vez en la noche supe quién era, aunque era la primera vez que la veía en persona. Reconocí al cuarto par de manos que recibió un ejemplar de Como semblanzas o seis relatos pasajeros un martes 17 de septiembre de 2013. ¡Ha llovida, y cómo ha llovido! Aguaceros de palabras… Era, es Idalia Díaz Colón directora de la biblioteca pública Dr. Pedro Albizu Campos de Caguas.





Al conversar supe que el ejemplar de Como semblanzas o seis relatos pasajeros que habitaba en la biblioteca sucumbió al embate del huracán María en septiembre de 2017. Admito que evadí por siete años constatar lo que imaginé, que uno de los libros viajeros ya no estaba. Arte efímero, vulnerable, frágil, pasajero…
Fue grato conocer a Idalia Díaz Colón y poder expresarle, en persona, mi gratitud por haber recibido a Como semblanzas o seis relatos pasajeros en el 2013.
Nos encontramos nuevamente en Abonés para la presentación de Ocaso de Flores y le llevé como obsequio un ejemplar de Pasajeros.

Ese instante en que vi el rostro de Idalia reconocer mi nombre ha sido muy significativo, pues una vez me dijeron que debía cambiar mi nombre o no usarlo completo porque nadie podría recordarme, reconocerme como escritora, como autora. Me negué porque mi nombre es como una historia y los nombres verdaderos cuentan la historia de quienes los llevan. Mi agradecimiento infinito a Idalia Díaz Colón por reconocer mi nombre y conocerlo por la primera gestión literaria de Libros Pasajeros. Me agrada pensar que a través de ese recordar mi nombre cobra significado la historia que cuenta y se le da continuidad a los Collazo Vázquez familia de Apalabrados y Letraheridos.

Con una amalgama de sentimientos comparto este noveno runrún de uno de los doce; constatar y aceptar que perdimos un ejemplar en el 2017 desata las memorias. El 2017 fue un año de desprendimientos.

