Por: Rita Isabel
O los embelecos de Ritabel
En agosto se cumplieron tres años de Libros Pasajeros. Esa utopía que emprendí justo cuando descubría que lo utópico no existe. Hace tres años me apalabré. Y aunque hoy el calendario no marque trece, escribo. Como El Sombrerero loco (que más bien está loco) festejo un no aniversario con té de manzanilla. Me olvido de lo deberes. Imagino que detengo el suceder del tiempo. A cuentagotas y a destiempo escupo cien palabras en esta mi casa, nido de arácnidos y cementerio de esperanzas. Entre telas de arañas y cadáveres verdes, celebro tres años… Por ello no ofrezco mi palabra, ni cien. Doy ciento trece palabras, de que sigo apalabrada.