En pocas palabras: La piel fría de Albert Sánchez Piñol

Por: Rita Isabel

En pocas palabras: Comparto lo que sientopienso de lo que leo…

Novela: La piel fría de Albert Sánchez Piñol

domingo, 27 de mayo de 2018

Nunca estamos infinitamente lejos de aquellos a los que odiamos. Así pues, por la misma razón, podríamos creer que no estaremos nunca absolutamente cerca de aquellos a los que amamos. Cuando me embarqué ya conocía este principio atroz. La piel fría atrapa al lector con estas tres oraciones. Un comienzo contundente que nos muestra la visión a la que nos enfrentaremos en la lectura. Asimismo, la fascinación que ejercen esas primeras palabras son las que nos llevan a sumergirnos y querer hurgar en La piel fría. La voz narrativa cierra la novela con la oración: El sol declinaba. También el interés por la lectura va menguando a medida que pasan las páginas y solo se llega al final porque la voz narrativa te lleva.

En La piel fría se desarrolla una historia fascinante que explora la humanidad desde una perspectiva muy particular: lo que no es humano. En una isla, dos hombres y las criaturas se enfrentarán por una “sirena”: Aneris. Lo sexual, lo sensual, el amor, el afecto, el peso de compartir diariamente, lo lúdico acerca al personaje principal a la otredad. Del miedo a lo desconocido, de la violencia en aras de la sobrevivencia, el protagonista, pasa a amar lo incierto, a jugar con aquello que en un principio catalogó como enemigo. Ante los ojos del lector la criatura se humaniza y lo humano trasmuta en una bestia.

Lo lúdico es esencial en la novela, tanto en el cómo se cuenta, como en qué narra. Asimismo, es el juego lo que hace que el terror al otro se transforme en ternura. Mas la violencia aleja la inocencia. La curiosidad mutua es, en varios momentos, el antídoto temporero contra esa violencia. Cuando la bandera blanca se alza entre las otredades enfrentadas, comprenderse solo lleva al tranque definitivo para cualquier posibilidad de negociación porque Lo único que podían querer de mí era lo único que no podía darles. La sentencia es doble y lapidaria: no habrá tregua y saber la verdad no cambia la vida.

Esta novela de Albert Sánchez Piñol tiene un ritmo magnético que, aunque mengüe el interés fascinante del comienzo de la trama, mantiene al lector vinculado. Nos regala citas exquisitas y memorables como: Nunca hubiera pensado que el infierno podría ser algo tan simple como un reloj sin agujas. En pocas palabras: vale mucho más que la pena leerla y se hace con gusto.

Punto de interés: El director francés Xavier Gens estuvo a cargo de la adaptación al cine de la novela.

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Publicado por Libros pasajeros

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