Paisajes de «Como semblanza o seis relatos pasajero»

A un año del lanzamiento del primer proyecto de Libros Pasajeros, les ofrecemos una breve mirada a algunos paisajes que se mencionan en los cuentos de «Como semblanza o seis relatos pasajeros».

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«La parada estaba vacía, y por alguna razón, temí dejarte sola.»

«Mientras hacía un gran esfuerzo por mantenerse en su carril, divisó en una parada de guagua —cercana al eterno rótulo que reza AVON— a una mujer con un niño en brazos y una niña a su lado.»

«La tía las llevó hasta su casa –“la cuarta casa a mano izquierda por el Motel OK”.

«En la carretera, Ana impactó a un camión por detrás. Murió en el acto.»

«No tuvo tiempo de asimilar la noticia; al siguiente día de enterarse, ya estaban empacando. Y al día siguiente, ya estaban de camino a la nueva casa.»

«El carrusel es el umbral a la dimensión trascendente a la que nos convida la pintura. Es el portal que nos hace girar, una y otra vez, hasta trasladarnos al mundo reverente que nos ofrece el cuadro.»

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2 más liberados…

En julio nos hemos dado a la tarea de liberar 2 ejemplares más de Como semblanzas o seis relatos pasajeros. Durante el mes de junio se construyeron estos dos ejemplares de nuestro libro viajero para que se le sumaran a los 12 ya existentes y responder al pedido de varios lectores que deseaban recibirlo.

Uno de los ejemplares viajará a Texas, Estados Unidos. El otro pasó a las manos de la familia Aponte-González, en el área metropolitana de Puerto Rico, desde donde comenzará su travesía de lector en lector.

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Libros pasajeros anduvo por el programa radial Con Silverio a las 2 el martes de 3 de junio de 2014. Mientras Silverio Pérez se encontraba en España para recorrer el Camino de Santiago por segunda vez, el programa tuvo la voz magistral de Gerardo Ortiz. Lourdes Soler psicóloga y experta en tanatología coincidió con la autora de Como semblanzas o seis relatos pasajeros en el espacio radial. La tanatología y la metamorfosis que experimentan los ejemplares de Como semblanzas o seis relatos pasajeros en su viaje de mano en mano por sus lectores fueron las temáticas del programa.

Por otro lado, nos consta que el ejemplar que viajó a Italia regresó a Puerto Rico y ya se encuentra en segundas manos. Mientras que en abril, el ejemplar que anduvo por Barranquitas pasó a manos oriundas de Morovis pero que habitan por Río Piedras.

La voz de los lectores desde La Mesa en Caguas

«Acabo de terminar el libro… me siento extraña. Compartí en el segundo tomo

algo que me salió del corazón cuando lo terminé, pero en este instante no sé

lo que siento. Aunque quisiera explicarlo, no puedo. Bueno, les agradezco la

oportunidad de ser parte de esta aventura. Coordinamos para proseguir con el

peregrinaje.

un abrazo;

Magaly

P.D.

Tenías que poner una advertencia para que los que lean el libro no te hagan

responsable de cualquier resultado emocional adverso ocurrido a partir de la

experiencia con la lectura.»

Entremés: de ñapas a ñaqui

Por: Rita Isabel

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Ventolera

ramo de nomeolvides

parpadeo ante tu visita

     La ventolera de marzo trajo hasta aquí las Ñapas de Como semblanzas o seis relatos pasajeros. Respecto a qué son las Ñapas, como mencioné en la Nota previa o los recovecos del titular del libro: Quizás son un acto de justicia tardía para reivindicar a los poemas que escribí en una época en que ansiaba escribir cuentos. O, tal vez, son un capricho más de esta osadía de palabras. A fin de cuentas, entre ñapa y ñapa lo que hay es puro cuento revestido de semblanza. En fin, que entre cuento y cuento el lector de Como semblanzas o seis relatos pasajeros se topa con estos intentos-poemas (o poemas-intentos) que salpican de color las historias que se narran; y reafirman la ligereza de lo pasajero en cada cuento. Esperamos que disfruten de este ñaqui de nuestro libro viajero.

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Solo un pasillo

Solamente un pasillo;

espacioso acogedor,

frío y añejado,

con sonido ahuecado,

disuelto, definido,

esperado y aliado.

En noche de olor a rancio

de miradas despreocupadas

 de risas que narran caricias,

por la ausencia de luz

en el hueco exacto

que traza mi cuerpo.

Sólo un paso;

nombrado, dibujado

en un pestañear

en un suspirar

perdido, despedido

pensado y amado.

Ñapa: color rojo laberinto

¿Qué quiere usted?

Ambos a dos

el inicio del desencuentro

ambos a dos

un instante de desamor

ambos a dos

matarile, rile, adiós.

Ñapa: color ausencia de luz

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Deprisa

El cielo está gris,

de un gris sonrosado,

a su lado

o a diestra y siniestra,

ronronea

el rugir constante

de la falacia tiempo…

montada en cuatro, seis

o diez ruedas.

Ñapa: color rosa extemporáneo

¿Por qué nadie llora?

(Ayer a Madre Teresa, hoy a la legión de niñas)

Bajan cabeza, comentan pesares

llueven palabras, comparten lugares

ninguna mejilla brilla de mares

ningún adiós moja su viaje.

Ñapa: color verde esperanza

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Tanteo por dos versos

Ese admirable rey mago

entintado de marrón,

ese tierno anciano sabio

de negra azúcar su piel,

ese amable amigo negro

de espíritu musical…

Esa niña joven tímida

de arena color su piel

que en su mirada refleja

una sonrisa a los tres

en una caricia teje

el amor que ya no fue.

Ñapa: color café con un toque de verde limón

Breves

1

 Después de cauta espera

el alma vibra

de asombro y sorpresa.

2

El gris de la penumbra

sólo espera,

el asalto del reloj.

3

Adherida al retorno

tras largo viaje

zozobra y sombra.

4

Aprendiz apacible

el sueño vence,

la noche avanza.

5

Saludar al gris del alba

es inmutarse

ante el eco del reloj.

6

Medio sordo,

el siniestro escucha

el palpitar de la falacia tiempo.

Ñapa: color azul infinito

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