Primera Entrega: Vejigante al acecho 10

Por Manuel A. Santos Collazo

  1. El cantar del estudiante:

Al principio puso resistencia, pero a medida que se daba cuenta de que lo trataba más como víctima que como criminal, no se contuvo más y le contó todo.

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Primera Entrega: Vejigante al acecho 9

Por Manuel A. Santos Collazo

9. Me alegra informarle que usted no está muerto:

Saludos, soy el detective Garay y deseo hacerle algunas preguntas respecto a lo que ocurrió anoche. Siempre procuraba que sus preguntas implicaran que él ya conocía la respuesta; solo una técnica detectivesca.

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Primera Entrega: Vejigante al acecho 8

Por Manuel A. Santos Collazo

  1. Otras posibilidades:

El detective Garay se encontraba hablando con el oficial de la “resi” cuando vio al estudiante bajar corriendo la escalera. Unos segundos de sorpresa dieron paso a la obvia conclusión que se disponía a confirmar.

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Primera Entrega: Vejigante al acecho 7

Por Manuel A. Santos Collazo

  1. Reportajes viejos:

“El enmascarado ataca nuevamente: fuentes confirman que la masacre efectuada el pasado 27 de julio en el “Guaya Guaya Fest” fue perpetrada por el anónimo enmascarado. Testigos afirman que el aterrador individuo vestía con una máscara de cuernos…”

–Te lo estoy diciendo, es un “vigilante”, no un asesino cualquiera. Ambos compañeros discutían nuevamente mientras releían por enésima vez el reportaje acerca de la matanza en el “Guaya Guaya”. Se encontraban desayunando en el “lobby” de la “resi” cuando vieron a su tercer amigo bajar apresuradamente la escalera.

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Primera Entrega: Vejigante al acecho 6

Por Manuel A. Santos Collazo

  1. En un cuarto de tres camas:

Despertó sobresaltado en su habitación de la “resi”. Los viernes son libres, se tranquilizó. Recuerdos de la noche anterior le llegaron de golpe y atormentaban su mente. Así que no fue un sueño. Agitó su cabeza tratando de borrar esas imágenes y miró la hora en su celular: 8:05a.m.; solo había podido dormitar. Se levantó y miró las otras dos camas vacías con recelo; necesitaba contárselo a alguien. Se vistió y bajó al “lobby” lo más rápido que pudo.

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